domingo, 14 de junio de 2009

LA PALABRA SE ENFRENTA CON LA MUERTE

-Ese día el peón pondrá en jaque al rey-

Por JOSÉ MORALES MANCHEGO

El 4 de noviembre a partir de las 6:00 de la tarde se llevará a cabo, en el Cementerio Uni­versal de Barranquilla, el Tercer Gran Recital "Arte In Memoriam Día de los Difuntos", evento cultural que se realiza cada año para conme­morar a los que nos dieron el último adiós y se fueron para el valle de la eternidad. La Sociedad Hermanos de la Caridad, la Gran Logia del Norte de Colombia y la Biblioteca Pú­blica Julio Hoenigsberg, son las entidades que están invitando a todas las personas amantes del arte y las bellas letras para que disfruten de una velada cultural en esa blanca aldea, que desde su fundación se ha movido en unos con­textos históricos, que han definido en el tiempo su identidad libertaria. Me refiero al Cemente­rio Universal, bellísima necrópolis, cuya pie­dra de toque está constituida por el tema de la muerte, como se puede apreciar en El Misione­ro, revista trimestral de la Sociedad Hermanos de la Caridad.
Por eso, los pintores, los músicos, los cantan­tes, los bailarines, los actores y los poetas in­vitados, romperán el silencio sepulcral con su tropel de ideas y propósitos para comprometerse con ese problema filosóficamente tan importante y tan común, como es la muerte. Y digo tan común, porque todo lo que existe muere. Es decir cesa. Nada escapa a esa lógica inexorable. Pero sólo la muerte humana ad­quiere plena significación en la reflexión filosó­fica. Por eso es común estudiar el problema de la muerte como muerte humana exclusivamen­te. Es más, algunos filósofos llegan a creer que la muerte humana es la propia muerte. Pues bien, esa noche memorable, en el Cemen­terio Universal, se sentirá la palabra categóri­ca de los poetas, que con su poesía como fibra vital, entrelazando símbolos, mitos, embrujos, historias y cotidianidades plasmadas en sus obras, nos entregarán una noche iluminada por la meditación y el interés profundo que el pensamiento trascendental produce. El esplendor de la estética estará en poder de pintores y fotógrafos, Ellos con sus elucubra­ciones expresarán una filosofía, una crítica, una moral. El buen observador se puede infor­mar mirando obras de arte. Ellos (los artistas) como buenos narradores, con su lenguaje, son cronistas de su época, además de soñadores y profetas.
Esa noche la palabra estará presente con Gus­tavo Taboada y la fluidez de su refinado juego para poetizar el mundo; y esa misma palabra lucirá atractiva y vigorosa en los planteamien­tos del Grupo Escénico del VI Semestre de arte dramático de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, cuyo espectáculo de ballet alcanza elevados nive­les de calidad, tanto en lo que se refiere al texto dramático como a la parte musical y coreográfica.
La palabra también estará en poder de una joven que llegó al término de la vida en plena ebullición de su inspiración ardiente de poeta: Gloria Logreira Amarís, quien, a la sazón tra­bajaba en la escenificación de la Celestina, obra de Femando de Rojas, escritor que logró dar a sus personajes la intensidad psicológica que justifica su pasión y su tragedia. Gloria Logreira, en el año 2004, se unió a las filas le­gendarias de las distinguidas personalidades que habitan el Cementerio Universal. Se despi­dió de sus familiares y amigos y se fue a la gloria. Pero esta vez ha sido invitada y estará entre nosotros con toda la pompa de su dimen­sión poética. Ella, como Prometeo, traerá a la Tierra, un rayo de la belleza infinita que encie­rra la redención.
No se puede olvidar que al viajar al Oriente Eterno, Gloria Logreira entregó la lira a su que­rido padre Orlando Logreira, su leal confiden­te, de cuya pluma han brotado páginas líricas llenas de amor, de ternura y de una serenidad ante la muerte, que hacen más amable la vida y superables las dificultades, como podremos apreciar esa noche en medio de un verdadero ritual de la palabra.
Con Javier Jiménez, la palabra y la muerte, en insólito desafío, se retaron a cantar... ¡Señoras y señores: ¡el peón ha puesto en jaque al rey! Se cierra el telón. Pero no debo poner punto final a esta página sin antes agradecer a la Sociedad Hermanos de la Caridad, a la Gran Logia del Norte de Colombia y a la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg, su noble empeño de prote­ger las letras y las artes. A esas entidades es preciso reconocerles su acierto, al comprender que en tiempos globalizantes, donde la ciencia y la tecnología impo­nen un lenguaje planetario, y la ambición y los fanatismos huracanados agobian la existencia y tratan de desarraigar de la Tierra cualquier hálito de vida, son necesarios estos espacios culturales para reflexionar sobre la muerte, en aras de buscarle el gran significado a la vida y recibir el sentimiento de la palabra, que nos ha acompañado siempre en el lamento, en los gritos de esperanza y en los cantos a la libertad.

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