domingo, 5 de agosto de 2012

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: CUENTOS INFANTILES PARA ADULTOS Y SENILES





JOSÉ MORALES MANCHEGO

El autor de este libro, Simón Orozco, nació en Tenerife, en 1930, pero se radicó en Barranquilla, República de Colombia. Estudió en la Escuela Normal del Litoral Atlántico, donde obtuvo el título de Maestro. Más tarde ingresó al Colegio San José de Barranquilla, de donde salió con el título de Bachiller. Ingreso luego a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, en la cual obtuvo el titulo de Médico Cirujano con entrenamiento en Ginecología y Obstetricia. A esos estudios tenemos que agregarle cuatro años de Derecho en la Universidad del Atlántico. Simón ha hecho de su vida un torrente de acciones productivas. Entre esas acciones ha contribuido con su pluma, aportando un ramillete de versos, para que la epopeya ande por los caminos de América, como dijera Martí.Simón es uno de esos personajes que no sucumben. Siempre mantiene viva la llama resplandeciente del optimismo juvenil. Por eso cada día se empeña en buscar el siguiente paso en el desarrollo humano, hacia un nivel superior. En su brega diaria no escatima esfuerzo alguno para seguir avanzando. Por eso siempre lo encontramos inmerso en los predios del saber. Es un visitante asiduo de la Biblioteca Julio Hoenigsberg, donde repasa libros de ginecología, literatura, filosofía, y resuelve las ecuaciones lineales y demás problemas del Algebra de Baldor, en una intensa calistenia mental. De esa manera, realiza su ejercicio cerebral cotidiano, para mantener la lucidez. De ahí la extraña felicidad que emana de su atmósfera. Digo extraña felicidad, porque, en un país como el nuestro, transido de dolor, su alta espiritualidad transpira preocupación intelectual. Esto da a su personalidad un tono de misterio; de pensador insomne, que busca resolver los problemas del hombre colombiano, hoy atribulado por la corrupción y la quiebra de valores, epifenómenos de una estructura social, que ha hecho del ser humano un ser unidimensional, consumista y alienado.En medio de esas circunstancias, Simón Orozco tiene fe en la Utopía, tiene fe en el porvenir, y tiene fe en el avance de la ciencia y la tecnología, para el bienestar de la humanidad; pero por nada del mundo cambiaría su maquina de escribir, a la que todos los días le golpea las teclas en aras de tallar un verso o burilar un ensayo.
Su pensar urticante, en defensa de los perseguidos, también enriquece la lirica de la patria. Suyo es el poema sobre Débora Arango, en el cual expone un mensaje para el mundo, a través del elogio a la pintora colombiana, que abordó la crítica social y política de su país y de su época, denunciando la violencia de una sociedad pacata y llena de prejuicios ancestrales.Simón ha vivido 80 años, y ahora escribe, no sólo para cantar a la musa, sino para resistir 80 años más. Su poesía es de resistencia; de combate contra la injusticia y la inmoralidad. Nada distinto puede esperarse de un intelectual culto y fraterno, animado de un espíritu de libertad y de conciencia social, como es el doctor Simón Orozco. Hombres como este son el acicate y el ejemplo para las nuevas generaciones, que reciben el bienhechor influjo de tan distinguido caballero.
Hoy, la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg se complace en presentar su obra Cuentos infantiles para adultos y seniles. Este es un libro que posee atributos intrínsecos del arte lírico. En él sentimos los efluvios de la música, el pensamiento y las emociones. En otras palabras, en cada relato del libro de Simón, encontramos ritmo, cerebro y corazón. Con esto quiero decir que al abordar la lectura de esta obra, nos encontramos envueltos en la poesía.
El libro tiene Música
El título del libro es de por si diciente: Cuentos infantiles para adultos y seniles. Ese título, además de la musicalidad nimbada de rimas, contiene una idea que puede ser extraña para la opinión profana. Pero no es una idea absurda. Al contrario, es una  idea filosófica envuelta en  una figura de pensamiento,  que consiste en emplear expresiones o frases  aparentemente contradictorias, pero que en el fondo manifiestan una idea tan bella y tan solida, como la eternidad del mar.  La idea plasmada en el titulo del libro es, sencillamente, que lo infantil sirve para guiar a los adultos y aun a los seniles.   No al revés como piensa el profano. En un mundo de corrupción y de maldad, el niño es el ejemplo de virtudes.  Así lo dio a entender Jesús, cuando dijo a sus discípulos: "En verdad os digo, que si no os volvéis y hacéis semejantes a   los niños en la sencillez e inocencia, no entrareis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). Lo mismo sucede en el campo de la ciencia o de la creatividad artística. No podemos aportar algo útil, si no desatamos las energías y la libertad del niño que llevamos por dentro, actitud que nos conducirá inexorablemente a entrar al reino de los cielos, que en el plano de la intelectualidad es el reino de la creatividad y el descubrimiento.
  
El libro contiene pensamiento
Leer el libro, Cuentos infantiles para adultos y seniles, es penetrar en la dimensión física y espiritual de este mundo.

Simón nos conduce, con maestría, de lo concreto a lo abstracto. En ese sentido, de conceptos elementales, como el caballo, la espuela, la aguja, el botón, el dedal, el tigre, el ojal, la muñeca de trapo, o el campesino, Simón llega a conceptos superiores, filosóficos; como el diálogo, la ambición, la inmortalidad, el destino, el respeto a la naturaleza, el amor, la justicia, el odio y el perdón.
En las páginas del libro aflora la moral sin dogmas, vislumbrada a partir de la literatura. La poética del libro es moralizante. En ese sentido, sus historias fantásticas pueden ubicarse en el campo de la fábula, la cual es definida por el escritor, poeta y ensayista británico Samuel Johnson, de la siguiente manera: "Una fábula es, en su estado original, una narración en la que, con fines moralistas, unos seres irracionales, y a veces inanimados, actúan y hablan como si tuvieran intereses y pasiones humanas"[1] Eso es lo que acontece en el libro de Simón, en el cual, cada relato termina en una moraleja, que lleva en las esplendidas profundidades del poema, argumentos para transformar al hombre. Sus relatos dan sentido y validez a la vida. Allí se plantea un problema existencial. Los cuentos de Simón son representaciones simbólicas de experiencias decisivas del mundo de la vida, que desembocan en la esfera de la moral.



Los elementos de sus relatos son sencillos, y se hermanan con la aventura épica de Luis Carlos López, poeta cartagenero que supo volcar la poesía hacia lugares comunes, destacando motivos como el de los "zapatos viejos", que incomodaron a los acartonados poetas y críticos de la mitología lírica de su época, quienes lo tildaron de "simple versificador de chistes".
Simón Orozco, quien se ha puesto los arreos del trovador, correlaciona esos elementos y los articula, para formar artificios expresivos de orden estético, en su maravilloso vuelo poético hacia la inmortalidad.


El libro está henchido de emociones
Sobre este aspecto, propio de la poesía, que conmueve el ánimo, bástame registrar la siguiente anécdota: En el Parque Sagrado Corazón, de la ciudad de Barranquilla. Ese que queda al frente del Templo de la Razón, en un evento dedicado a la infancia, bajo un cielo azul decembrino y sobre una grama verde, leyó Simón Orozco: "El jinete y el caballo, las espuelas y el desmayo". La extraña quietud y el silencio hermoso de los niños fue el agua bautismal que recibió este cuento. Así mismo, la esplendorosa respuesta del público adulto, con un aplauso cerrado, puso a Simón al borde del vértigo emocional. La cosa se complicó aun más, cuando el público empezó a pedirle, en coro, que publicara el cuento. De ahí surgió el entusiasmo de Simón por publicar el libro. Era obvio. Si el cuento les gusto a los niños, pegó. Tiene calidad, porque en el mundo de la niñez no hay camarillas ni prejuicios. Hay sinceridad. Simón, a través de la literatura, entró en comunidad con los niños y triunfó.
He aquí unas estrofas del Jinete y el caballo, las espuelas y el desmayo.
Cuenta Simón, que al llegar a la pista el caballo, cansado de tantos ensayos, le dijo al jinete:

"Te juro, voy a esforzarme
para ganar tu carrera,
nadie lograra alcanzarme,
por favor no uses la espuela.

Y a pesar de la advertencia
de aquel caballo cansado,
el jinete sin conciencia
a la espuela iba confiado.

Quieres ganar sin tener
en cuenta mi petición,
y al cabo vas a perder
ahogado por la ambición.
***
Al final de la carrera
el premio se conquistó,
mas por culpa de la espuela
el buen caballo murió.

La moraleja es la siguiente:

Nunca te dejes cegar
por la mortal ambición,
que poco has de ganar
si es duro tu corazón.


Como se puede ver, estamos ante una escena macabra, que participa de la fealdad de la muerte violenta, y de la repulsión que la misma muerte puede causar. Sin embargo, el tema es bien tratado por el escritor. Simón sabe lo que tiene que decir y lo que tiene que omitir, para que el arte mantenga su esplendor y nos lleve a reflexionar.
En otra dimensión, el poema nos conduce a los abismos del dolor humano. El poema tiene un desgarro picaresco. Pero en el fondo representa el drama completo de la vida.
Queridos amigos: El caballo es el pueblo. El jinete y la espuela representan el poder. El ambicioso, prevalido con la espuela del poder, enviste a los súbditos en pro de sus mezquinos intereses. En la vida real, muchos ambiciosos, aquí y en cualquier parte del mundo, han forjado su riqueza cabalgando sobre el lomo manso de su pollino. Al final el caballo muere, pero recibe el beso de la gloria, coronando la victoria.
He ahí el verso como acto discursivo, en el cual sorprende el realismo que despliega la descripción del ajusticiado, que es el ambicioso, y el desenlace de la moralización, que se convertirá en fuerza material cuando encienda la conciencia popular. Aquí, como en los cuentos de hadas, el malvado siempre pierde, y eso educa a los niños, a los adultos y a los seniles.

Con este Iibro Simón Orozco pisa tierra firme. Sus cuentos trascienden la atmosfera de su época y se elevan por encima de tiempos y de geografías. Por eso son universales. Una obra no es universal, porque la conozcan en otros países, sino porque puede interesar a cualquier lector, por encima de las fronteras nacionales, lingüísticas o ideológicas. En este sentido, las posiciones filosóficas y morales que contiene el libro nos atañen a todos. Con este libro, de anchas consecuencias, Simón Orozco avanza, abriendo su alma hacia la eternidad,
Saludemos al nuevo libro que ha nacido, y alrededor de él y de nuestro amigo Simón, hagamos una fiesta.

(Publicado en El Misionero Nº 70. Barranquilla, junio de 2012)

[1] Citado por Bruno Bettelheim. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Editorial Grijalbo. México, D. F., 1988. p. 61.

domingo, 15 de julio de 2012

EL MISIONERO, 70 EDICIONES ACOGIENDO LOS EFLUVIOS INTELECTUALES DE QUIENES BUSCAN UN MUNDO MÁS HUMANO





La revista El Misionero ha llegado al número 70.  El primer número salió a la luz pública el 15 de octubre de 1870 con la intención de circular cada 15 días. Fue una velita encendida por el doctor Eusebio De la Hoz, la cual se extinguió antes de cumplir un año.
Tras un período de inactividad, que duró mas de un siglo, El Misionero reapareció como el ave fénix el 9 de mayo de 1992, por iniciativa del médico Leonello Marthe Zapata, con un nuevo formato y esgrimiendo contenidos diferentes en el campo de las ideas.
La edición No. 70 circula en una etapa de la civilización humana, denominada sociedad del conocimiento, donde el fundamento del nuevo orden social es la producción intelectual, que hoy se difunde con velocidad impresionante por todos los rincones de la Tierra Patria. Por tal razón abrimos las páginas de esta revista de la Sociedad Hermanos de la Caridad a todas las personas interesadas en el progreso de la humanidad, basado en la educación y el humanismo.
Sentado este preámbulo, iniciamos nuestro diálogo con el lenguaje plástico del Maestro Antonio I. Caro, quien pone a triunfar la pintura sobre el cartón para entregarnos una obra de técnica mixta, cuyo mensaje visual tiene un sentido estético, que envuelve una idea de contenido social. Caro nos conduce a las puertas del humanismo, a través de la aventura de la imaginación, plasmada en el díptico que ilustra la carátula y contracarátula, titulado “Haz y envés” en el cual cada pincelada encierra una multiplicidad de contenidos.
La cascada de artículos se inicia con Jairo Soto Hernández, quien nos muestra el trabajo: Diablos africanizados recorren San José de Uré, en el cual se recrea la religiosidad de un pueblo que se mueve entre el fervor religioso y la superstición, dejando aflorar elementos importantes de la mentalidad colectiva de Uré, municipio del departamento de Córdoba, en el Caribe colombiano.
Marta Morales Manchego, redactora del diario El Tiempo, nos envía desde Bogotá una entrevista, exclusiva para El Misionero, titulada: Director de la Dian, un hombre honesto a toda prueba. Se trata de Juan Ricardo Ortega, uno de los pocos funcionarios que lucha para que en este país se desmonte la corrupción generalizada y el sistema de complicidades, que pone en duda la existencia del Estado de Derecho.
Rachid Nader Orfale, un “liberal de hueso colorado”[1], como dijera Gabriel García Márquez de su abuelo, nos ilustra con un artículo titulado: El Estado social de derecho como manifestación revisionista del liberalismo clásico. Nader Orfale sostiene que el Estado Social de Derecho es producto de una clara visión revisionista del liberalismo clásico, que valoró el aporte de doctrinas como el marxismo, cuyas ideas de justicia social, de igualdad, así como los flagelos que hoy azotan al mundo, como el hambre y la miseria, la concentración de la riqueza en pocas manos, el marginamiento y las falencias en el sistema de salud, deslegitiman y muestran las limitaciones del sistema liberal.
Jeisson Ramírez analiza el artículo Wall Street Socialista, bajo el enfoque de Peter F. Drucker en su libro La sociedad post capitalista, examinando  varios elementos como la teoría de la administración responsable (incluidos aquí los fondos de pensiones), la transformación del capitalismo, y el paso hacia la era del conocimiento.
José Morales Manchego aplicando los elementos de la poesía a los Cuentos infantiles para adultos y seniles, de Simón Orozco, encuentra que el libro tiene música, contiene pensamiento y está henchido de emociones.
El reconocido escritor cordobés, Nelson Castillo Pérez, nos envió dos textos inéditos titulados: La Directora,Isabel y los espejos, los cuales constituyen dos piezas literarias de su próximo libro, Textículos, que se encuentra en  proceso editorial.
Adolfo Villadiego Roso analiza críticamente el Cantar de los Cantares, ese diálogo poético de los enamorados, que se encuentra en el Libro de la Ley Sagrada. El Cantar es una crítica al actuar de Salomón como rey.  Villadiego maneja intertextualidades bíblicas que corroboran los desafueros de Salomón, quien violó las leyes civiles y religiosas,  establecidas por la teología deuteronómica, al entablar relaciones amorosas con mujeres extranjeras, dejando al descubierto los manejos monetarios dudosos y los abusos que hacía desde el poder.
Jorge Álvarez Hernández, con la alquimia de la palabra filosófica nos pone en contacto con el pensamiento griego, estudiando en Sócrates, Platón y Aristóteles uno de los conceptos cruciales de la antigua Grecia, cual es la areté, equivalente a la virtus latina, para designar la excelencia o la perfección humana en el campo de la ética. La adquisición de la areté era el eje de la educación del joven griego para convertirse en un buen ciudadano.
El artículo de Jairo Soto Hernández, titulado: La enseñanza de las ciencias sociales en una sociedad multicultural y pluriétnica, aporta ideas para una educación  que navega en la incertidumbre, como barco a la deriva, en las aguas procelosas del mar de la información. Hoy los estudiantes pueden estar bien informados  a través de los medios de comunicación de masas, pero carecen de competencias para interpretar, relacionar y contextualizar esa información. Por tanto, la enseñanza de las ciencias sociales reclama una nueva mirada para que los estudiantes se encaminen a leer bien nuestra realidad social.
Ángela Marcela Morales en su artículo Intervencionismo y biodiversidad en las políticas de etnicidad nos plantea las contradicciones y los problemas que se generan a partir de los discursos ambientalistas y multiculturalistas, que proliferan a nivel internacional y que están presentes en la Constitución Política de la República de Colombia.
Álvaro Cañavera Zapata nos entrega el discurso que leyó en las pompas fúnebres del médico Luis Emilio Carrasquilla Cruzado, miembro activo de la Sociedad Hermanos de la Caridad. En esa misma ceremonia, la esposa del finado, doña Emilse de Carrasquilla, improvisó unas palabras que fluyeron de su mente, de manera fulgurante, para buscar el encuentro con lo extraño, porque la esperanza de su eterna compañía se ha trocado en certidumbre de la ausencia. Con estas dos piezas oratorias rendimos un homenaje póstumo al ilustre Hermano, que emprendió el sublime vuelo hacia el Valle de la Eternidad.
Un fusilamiento en las paredes del camposanto es un documento contenido en el libro: Historia de la Sociedad de Hermanos de la Caridad, de Leonello Marthe Zapata, que registra un episodio de la historia patibularia del país, acaecido en los albores del siglo XX en los paredones del Cementerio Universal. La pena capital en Colombia  obnubiló a eminentes personalidades de nuestra historia política, que desconocieron la protección del derecho fundamental a la vida, y cometieron irreparables injusticias como la plasmada en el texto mencionado.
Rafael Fulleda Henríquez, médico pediatra, escribe un artículo sobre El maltrato infantil, en el cual se refiere al síndrome de Munchausen, una forma particular del maltrato infantil, en la que el niño es víctima de un adulto, quien le provoca o simula la existencia de una enfermedad, poniendo en peligro la vida de ese niño, muchas veces en aras del interés particular. En su artículo, Rafael Fulleda, cuenta que el maltrato infantil ya estaba presente desde las primeras civilizaciones, tanto de Oriente como de Occidente,  hallándose casos patéticos en los registros que nos depara la Biblia.
Fernando Llano Toro, en su artículo Neutrinos versus Teoría de la Relatividad sintetiza la polémica que aflora de los laboratorios en el campo de la Física de las partículas. Por un lado están las conclusiones del experimento OPERA que informó haber detectado neutrinos que supuestamente viajaban más rápido que la luz; por otro lado el Centro Europeo de Física de partículas (CERN) considera que los neutrinos no son más veloces que la luz.
Francesco Vitola Rognini entrevista al escritor Antonio Mora Vélez, pionero de la ciencia ficción  en Colombia. Mora Vélez nació en Barranquilla, en 1942 y desarrolló sus inteligencias múltiples en los  feraces valles del Sinú y el San Jorge. Desde ese punto geométrico, con el universo en su conciencia, fue capaz de crear mundos alternos en la literatura, y proyectarse internacionalmente como un intelectual polifacético que ha sido traducido a varios idiomas.
Ricardo Varela Consuegra, Gran Maestro de la Gran Logia del Norte  de Colombia, con sede en Barranquilla, nos entregó el expresivo discurso sobre el Joe Arroyo, que leyó en el VIII Gran Recital Arte in Memoriam día de los Difuntos, llevado a cabo el 25 de noviembre de 2011, en el parque – jardín de la Funeraria Universal, en homenaje a ese gran maestro del arte musical.
Mario Morales Orozco et al, en el trabajo titulado: Redescubrimiento radicular en el sector estético, empleando una técnica de túnel con injerto de tejido conectivo, nos demuestran, en el esplendor de esta revista de carácter humanístico, que la creatividad, ya sea en el arte, la ciencia o la tecnología, por el mismo hecho de serlo presupone la belleza.
El Rincón Poético, bajo el enfoque periodístico de Betty Fulleda Fandiño, está dedicado a la aventura estética de Margarita Galindo, cuyos poemas brotan del fondo de su alma, para cantarle a la naturaleza, al amor y a la divina esencia, mediante una “poesía intemporal, pura, universal”, según apreciación del bardo José Manzur. En otra dimensión, el yo poético de Margarita Galindo trasciende las perspectivas convencionales, con el fin de llevarnos a disfrutar un mundo de ensoñación, bañado de ternura y de una suave claridad, que nos hace más amable la vida y nos ayuda a resistir con serenidad los embates de las fuerzas nihilistas en su intencionalidad disolvente.
Finalmente, mis agradecimientos a todos los colaboradores, invitándolos a redoblar sus esfuerzos reflexivos en torno  a los múltiples problemas nacionales y regionales, para que siga prosperando el pensamiento creativo de lo nuestro.
A nuestros lectores, la más grata bienvenida a las páginas de El Misionero, elaboradas con dedicación y desvelo, con la esperanza de  entregar en sus manos, los mejores frutos  de nuestra labor intelectual.

JOSÉ MORALES MANCHEGO

Editorial de El Misionero No. 70. Barranquilla, junio de 2012.


[1]Expresión de Gabriel García Márquez En: Yo no vengo a decir un discurso. Literatura Mondadori. Bogotá, 2010. pg.99.

miércoles, 6 de junio de 2012

VIDA EJEMPLAR





JOSE MORALES MANCHEGO

En el Hospital de Montería hay un busto que honra la memoria de un esclarecido militante del Arte Real de la Vida, hombre trabajador y estudioso, ejemplo para que las futuras generaciones transiten por los caminos de la ciencia y la virtud, que él, como caballero del espíritu, contribuyó a despejar en los feraces valles del Sinú y el San Jorge.
Pero ¿quien era ese hombre? ¿De dónde venía?Se trata de Alejandro Giraldo Sánchez (q. e p. d.), nacido en Sahagún, Córdoba, en 1881. Estudió Medicina en la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá. Más tarde recibió, durante dos años, entrenamiento clínico y quirúrgico en la prestigiosa Clínica Mayo de los Estados Unidos.Con esa formación profesional tan alta, Alejandro Giraldo regresó a su patria a servirle a su pueblo, a sabiendas de que le tocaba moverse en un medio geográfico difícil; pero eso no lo amilanó pues su temple lo acompañaba siempre a entregarse con alegría en procura de ayudar al que lo necesitaba.Uno de sus descendientes directos, el doctor Rodrigo Giraldo, decía el 23 de octubre de 1986 en una mesa redonda convocada por la Casa de la Cultura de Montería: "Todavía me asombra y no alcanzo a comprender por qué un hombre que dominaba cuatro idiomas y que recibió en­trenamiento clínico y quirúrgico en Rochester, prefirió ejercer la profesión de la medicina y nada más que la medicina, en un medio rústico, primitivo y hostil, cuyos únicos medios de comunicación no eran otros que el caballo y la canoa, la brida y el remo."Particularmente soy del sentir, que Alejandro Giraldo dejó los amplios horizontes de Estados Unidos para ir y venir sobre el lomo de la mula en el país de los zenúes, porque él, a pesar de su formación intelectual, jamás perdió la identidad con su familia ni con su pueblo, en cuyo seno encontró también una gozosa manera de ampliar sus conocimientos, alternando la lectura y la investigación con el trato afable de la gente.Cuentan quienes lo conocieron, que —en la época de los "baluartes" del campesinado sinuano, inspirados en la triunfante Revolución Rusa— una noche lluviosa venía el doc­tor Giraldo a caballo, extenuado pero satisfecho de una larga jornada profesional, cuando una avanzada de Vicente Adamo, con el jefe rebelde a la cabeza, lo intercepto y le gritó en la jerga castrense: ¡Haga alto! De inmediato el doctor Giraldo se detuvo, y cuando los alzados en armas lo identificaron en la tenebrosa pe­numbra le dijeron: ¡Ah! es el doctor Giraldo...¡Siga, que a usted lo queremos mucho!Este medico fue un defensor de la paz, crítico de todo procedimiento de fuerza para resolver los problemas entre los seres humanos. No obstante, lo respetaron  tirios y troyanos por su sabiduría y por su entrega al estudio y al servicio desinteresado de sus conciudadanos. Para mas señas, con otos personajes cimento los ideales de la masonería en lo que hoy es el departamento de córdoba  fundado en 1936 la logia estrella del sinù, en la cual fungió como su primer presidente o venerable Maestro, activado de los principios masònicos de libertad, igualdad y fraternidad.  Vale la pena anotar que para esa época  al celebrar una de las fiestas solsticiales ( la del 24 de junio dedicada a San Juan bautista patrono de la Mas..), la francmasonería monteriana acostumbraba sacrificar una res, cuya carne se repartía a la gente mas necesitada y se regalaban juguetes a los niños pobres.

Personas como ésta, son las que Colombia y el Gran Arquitecto del Universo necesitan y reclaman. Su vida ejemplar debe servir de guía en la formación intelectual y moral de los estudiantes, no sólo del departamento de Córdoba, sino de todo el país. Al ponerlo como ejemplo, hago referencia al profesional sencillo, transparente, sólida columna de la Gran Obra, que puso su vida al ser­vicio de la humanidad, sin anteponer el beneficio personal. El doctor Ale­jandro Giraldo Sánchez murió en Montería, en paz con Dios, consigo mismo y con sus semejantes, el 9 de junio de 1941 sin dejar grandes riquezas materiales, y sus hijos, en el crepúsculo de sus vidas, todos ellos formados con el código moral que les deparó su padre, sólo viven de los frutos que les ha dado el ejercicio limpio de su profesión; pero, eso si, cuentan con un corazón grande y un espíritu generoso. De su descendencia puedo afirmar que me plugo haber trabajado por más de un lustro, en la Logia Estrella del Sinú, al lado del doctor Gustavo Giraldo Revueltas (q. e. p.d.) —hijo de Alejandro— de quien disfruté su gentileza, su caballerosidad, su ingenio, su talento y su actividad en la Masonería, institución que guardará para siempre, como en el caso de su padre, un capítulo inmenso de su biografía.(Publicado en la revista El Misionero. Año 10. No. 36. Barranquilla, marzo de 2001)


sábado, 24 de marzo de 2012

LA UNIDAD EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA DEL RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO



JOSÉ MORALES MANCHEGO

El hombre debe aceptar como verdad sólo aquello que él puede probar por sí mismo, porque ninguna verdad es verdad para uno, mientras no pueda probarla por su propia experiencia”. Luis Umbert Santos[1]



Con este pensamiento de Luis Umbert Santos trataré de probar que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que dirige el Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia, tiene 33 grados que desarrollan las esencias arquetípicas de la Masonería, las cuales en los diferentes grados encuentran una aplicación y una cristalización unitaria y coherente en torno a los grandes objetivos de la orden. Esta hipótesis parece una perogrullada; pero deja de serlo, si tenemos en cuenta que hay muchos masones e instituciones masónicas en el mundo que dicen ser 30 los grados del Rito, dejando a muchos iniciados con la mente fluctuando ante una disyuntiva: Rito Escocés Antiguo y Aceptado, 30 ó 33 grados.


En efecto, la Liturgia de la Muy Respetable Gran Logia Nacional de Colombia, en su parte preliminar, manifiesta lo siguiente: “El simbolismo, que es lo único que nos viene de la Antigüedad, no forma parte de ningún Rito. Son los llamados Grados superiores –fundados recientemente, pudiera decirse - los que han venido a constituir los Ritos, y es sobre estos grados, únicamente, que un Supremo Consejo tiene jurisdicción”[2].


Con ese planteamiento se pretende abogar por la autonomía absoluta de las Grandes Logias, y señalar la acción de los Supremos Consejos exclusivamente sobre los grados que van del 4º al 33º. Pero antes de entrar en materia propiamente dicha, es importante aclarar lo que es un rito y la importancia de mantener la consistencia intrínseca del rito.


La palabra rito en Masonería se usa en dos sentidos diferentes[3]:


En primer lugar, rito hace referencia al conjunto de reglas, preceptos y elementos simbólicos repetidos invariablemente, con los que se practican las ceremonias y se confieren y comunican los signos, toques, palabras y secretos de cada grado. El rito (con minúscula) incluye los diversos actos ceremoniales, como el despojo de los metales, recepción de dignatarios, iniciación, adopción de luvetones, consagración del templo, banquete ritual, honras fúnebres, etc.


Ahora bien: El trazado o despliegue de los símbolos hay que hacerlo en determinada forma, con sujeción a normas estrictas; es decir, en condiciones que le confieren el carácter de un rito. Por ejemplo, en el trazado del cuadro logial, cada dignidad y cada uno de los oficiales tienen su determinado puesto en logia. Los puestos no se pueden ocupar arbitrariamente, sin sujeción a la lógica del rito. Por eso, el Estatuto No. 6, Capitulo II de los Estatutos de la Gran Logia del Norte de Colombia nos ilustra acerca de cómo deben ubicarse los masones en una tenida. Por esa misma razón, el Venerable Maestro, antes de abrir los trabajos le dice al Maestro de Ceremonias: “Servíos ver si todos los QQ:. HH:. están en sus respectivos puestos y con las decoraciones propias de sus GGr:. y OO:.”[4]. Si los Hermanos no están en sus puestos y con sus decoraciones respectivas, nos estamos apartando del rito. Igual sucede con el respeto al deber del Primer Vigilante, que es: “Cuidar de que la Log:. esté a cubierto…”[5]. Si no cumplimos con el deber de estar a cubierto, también nos estamos apartando del rito. Hoy, el Hermano que se encuentra en Logia y usa el teléfono celular para comunicarse con el exterior del Templo, está violentando el rito, al poner la Logia al descubierto.


Con todo esto quiero decir que hay una estrecha relación entre símbolo y rito. Una vez finalizado el rito, muchos símbolos pierden su razón de ser. Por eso cuando se lee una plancha de grado superior en Cámara de Aprendices[6], se omiten las partes pertinentes a los grados superiores. No obstante, esa misma plancha puede publicarse completamente en cualquier revista masónica para que la lean todos los Hermanos Masones y los no iniciados que quieran y puedan leerla. El contexto del símbolo en Masonería es el rito. Por eso se dice que los ritos son “símbolos puestos en acción”[7]. Los 33 grados del Rito Escocés, Antiguo y Aceptado simbolizan la edad de Jesús, personaje éste que, visto en su dimensión histórica, constituye uno de los modelos que tenemos los masones que trabajamos en este Rito.


Hasta aquí hemos hablado de rito con minúscula. Pero la palabra rito tiene otra acepción, la cual suele usarse con mayúscula para distinguirla de la acepción que se explicó en los renglones precedentes.

Rito (con mayúscula) hace referencia a cada rama o sistema particular de la Masonería. En Masonería existen muchos Ritos. Pero es necesario resaltar que es común a todos los Ritos la aceptación de los tres grados del simbolismo: aprendiz, compañero y maestro. Esa es la base de toda doctrina masónica. Luego siguen los grados filosóficos. En el filosofismo (los restantes grados) el número de sus grados, nombres, enseñanzas y ritos (con minúscula) varían. Cada Rito masónico reconoce diversos grados en la carrera hacia la perfección.


En el documento titulado: "Grandes Constituciones de 1786", que aparece publicado en el libro de los Estatutos Generales del Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia R:. E:. A:. A:.[8], se afirma lo siguiente: “Existen varios Ritos del Régimen Escocés. Las doctrinas de estos Ritos son casi las mismas. Todas están dirigidas al mismo fin. Todas provienen de un mismo tronco. En consecuencia, no difieren en puntos que sean difíciles de conciliar. Esos Ritos son: “Rito Antiguo, de Heredóm o de Hairdom, del Oriente de Kilwinnig, de San Andrés, de los Emperadores de Oriente y Occidente, de los Príncipes del Real Secreto o de Perfección; Rito Filosófico, y finalmente Rito Primitivo, el más reciente de todos”[9]. A renglón seguido asevera el mismo documento: “Adoptando, pues, como base de nuestra saludable reforma el título del primero de esos Ritos y el número de Grados de la Jerarquía del último, los declaramos de ahora para siempre reunidos en una ORDEN que profesando el Dogma y las puras Doctrinas de la antigua FRANCMASONERÍA, abra todos los sistemas del rito escocés bajo el nombre de RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO”[10]. Luego dice: “La doctrina será comunicada a los Masones en treinta y tres Grados, divididos en siete Templos o clases. Todo Masón estará obligado a recorrer sucesivamente cada uno de esos Grados antes de llegar al más sublime y último”[11], que es el grado 33, según el siguiente texto: “El primer Grado estará sometido al segundo, éste al tercero y así sucesivamente hasta el Grado sublime –el trigésimo tercio y último- que inspeccionará, dirigirá y gobernará todos los otros”[12]. Ahí está clara la articulación entre el simbolismo y los grados filosóficos, y la subordinación de los grados inferiores a los superiores, lo cual se complementa con el Artículo 196 de los Estatutos del Supremo Consejo, que a la letra dice así: “Toda sentencia, suspensión o pena impuesta en las Cámaras simbólicas para que afecten al Masón en sus grados superiores, debe ser revisada por el Supremo Consejo y, si la hallare justa, este alto Cuerpo o la Cámara subordinada correspondiente, proferirá fallo definitivo. Pero a un Gran Inspector General no se le puede acusar en una Cámara inferior, y sólo el Supremo Consejo o el Soberano Gran Comendador conocerán de la acusación o queja que en el simbolismo o en cualesquiera otra Cámara le sea formulada”[13].


Por otro lado, la Constitución Masónica de la Gran Logia del Norte de Colombia se sancionó y promulgó en representación de las Logias del R:. E:. A:. A:., según reza en su Preámbulo[14]. Así mismo, la Muy Respetable Gran Logia del Norte de Colombia “podrá aceptar bajo su jurisdicción a Logias Regulares con sede en otros Orientes, para facilitarles la práctica de Masonería, siempre que éstas reconozcan el Rito escocés Antiguo y Aceptado”(Artículo Segundo. Título I. p. 25).


De todo lo anterior se puede concluir que el Rito Escocés, Antiguo y Aceptado es un sistema de 33 grados, en los cuales los tres primeros (Aprendiz, Compañero y Maestro) corresponden a las logias simbólicas que se federan y constituyen una Obediencia, llamada Gran Logia, regida por un Gran Maestro. Ahora bien, independiente de estos tres grados, desde el punto de vista administrativo, pero estrechamente ligados en el Rito, se hayan los grados filosóficos que comprenden del 4° al 33°, constituyendo la Masonería Filosófica, la cual está regida por un Supremo Consejo del grado 33, cuyo presidente es el Soberano Gran Comendador.


UNIDAD EPISTEMOLÓGICA ENTRE EL SIMBOLISMO Y EL FILOSOFISMO


Quienes elaboraron el R:. E:. A:. A:. supieron mantener la unidad epistemológica entre el simbolismo y el filosofismo. Esto quiere decir que hay un hilo conductor desde el punto de vista de la teoría del conocimiento en todos los grados de la Masonería escocista.

El profano que se inicia en la Masonería del R:. E:. A:. A:. comienza un proceso de formación que tiene 33 grados. Equivocadamente algunos Hermanos llaman iniciación a la recepción en cualquier grado. Eso da pie para crear fisusras en la unidad monolítica del Rito. Un Maestro no puede volver a iniciarse en el cuarto grado. El Diccionario Akal de la Francmasonería dice: “En masonería se designa con el nombre de “ceremonia de iniciación” a los acontecimientos que se desarrollan en el Templo, por los cuales una persona pasa del estado de profano al de hermano y aprendiz masón…[15]”. En ese sentido, la iniciación se hace una sola vez. Iniciarse es nacer para volver a vivir. La iniciación introduce al profano en un mundo nuevo. La cualidad iniciática se recibe al unirse un profano a la cadena de una organización iniciática. La Masonería en general es una comunidad iniciática. El que entró en su seno no tiene que volver a iniciarse. Más bien tiene que seguir el proceso de iniciación, que es una cosa diferente. Y eso es lo que hace un masón cuando entra a los grados filosóficos.

Si revisamos las Liturgias del Grado cuarto al noveno, podemos observar que epistemológicamente son la continuación de los tres primeros grados llamados simbólicos. Al respecto dice Aldo Lavagnini: “Es indudable que estos nueve grados forman el ciclo completo en el cual se concluyen los desarrollos ulteriores de la Leyenda Hirámica”[16]. Los demás grados no se refieren directamente a la leyenda de Hiram, pero se ocupan de problemas filosóficos, metafísica y de formación en general, que preparan al iniciado para la realización de la Gran Obra. Juan Carlos Daza, autor del Diccionario Akal de la Francmasonería, dice: “De forma general, los altos grados también pueden considerarse como extensiones o desarrollos del grado de Maestro”[17]. La razón de la existencia de estos grados complementarios nos la da René Guenón cuando manifiesta: “Si el grado de Maestro fuera más explícito, y también los que son admitidos a él estuvieran verdaderamente cualificados, sería en su interior donde tendrían que producirse los diversos desarrollos, sin que fueran necesarios otros grados nominalmente diferentes de éste”[18].


La continuidad epistemológica entre simbolismo y filosofismo se observa también en el siguiente requisito, que en el papel es de gran exigencia y de mucho rigor intelectual. En efecto, una de las Liturgias de la Augusta Orden, asevera que la condición indispensable de ingreso al 4° Grado del R:. E:. A:. A:. es que el candidato esté preparado y haya comprendido las enseñanzas de los tres primeros grados, y que demuestre su eficiencia en esos tres primeros grados[19].


Es innegable que los grados del simbolismo son básicos para seguir la carrera masónica. Por eso, para entrar al 4° Grado, en el filosofismo se procede de la siguiente manera: En la Cámara 18 se presenta la solicitud. Los HH:. presentes en la Ten:. examinan dicha solicitud. Se pone a la consideración del Sob:. Cap:. la personalidad del solicitante y se decide sobre su aceptación o no al Capítulo. Si la decisión es favorable, se designa la tesis que debe sustentar el candidato para su calificación definitiva. De inmediato se convoca una tenida para oír la exposición del aspirante. Luego de abiertos los Ttrab;, en el Gr: 18, se bajarán los Trabajos a Cámara de Maestros, para que el candidato haga su exposición y sustentación. Todos los HH:. presentes en la Cam:. 18 pueden hacerle preguntas sobre el tema desarrollado[20]. Esta exigencia de conocimiento sobre el simbolismo indica que hay una continuidad epistemológica con el filosofismo.


Así como hay unidad epistemológica entre el simbolismo y el filosofismo, también encontramos unidad metodológica entre esas dos instancias del Rito. Las Tenidas en el simbolismo y en el filosofismo son psicodramas. En ambos se utiliza el simbolismo. En ambos se pone en acción el símbolo. En el simbolismo y en el filosofismo, los símbolos actúan como guías. Ellos son los que marcan la orientación en el camino. Este punto es importante, porque algunos piensan que el filosofismo masónico no es simbólico, sino solamente filosófico. Y eso no es cierto. Admitamos que no hay herramientas, pero si hay símbolos. En el Grado 9°, dedicado al hecho simbólico de la venganza, encontramos una cabeza cortada, asida por los cabellos, que simboliza uno de los enemigos del hombre , la ambición, representada por Jubelón, el cual al ser vencido, con las armas de la virtud y de la verdad, nos permite orientarnos hacia los fines constructivos de la institución. En el Gr:. de Cab:. Rosa Cruz (Gr:. 18), la rosa abierta, por su corta existencia, “simboliza la muerte prematura de la Fraternidad, de la que es emblema, cuando le faltan sus elementos de vida, que son el amor y la tolerancia”[21]. Por su parte, la Cruz, según reza la Liturgia, “Es el símbolo principal del grado Rosa Cruz y resalta la analogía de este grado con el de Maestro, cuyas enseñanzas se desarrollan en los grados capitulares”[22]. Otros símbolos de este grado son: el pelícano que se abre el pecho para dar a sus hijos alimento cuando ese alimento no se encuentra. En ese sentido, el pelícano “Simboliza la Caridad del Masón hacia todos sus semejantes”[23]. Si desentrañamos el simbolismo de la Cámara XVIII, en términos generales, encontraremos que el grado de Cab:. Rosacruz tiene un sentido y una esencia diferente a lo que nos muestra la simple percepción, que no profundiza en las complejidades filosóficas del símbolo. Es decir, estamos hablando de un grado de esencia simbólico. Por su parte, el Grado 30 está lleno de símbolos: el águila, símbolo de la audacia, de la investigación y del genio; el águila bicéfala, que duplica el simbolismo del águila y representa los dos poderes en un solo cuerpo; la tiara papal, símbolo de la tiranía religiosa; la corona real, emblema de la tiranía dinástica; el cráneo con la corona de siempre vivas, símbolo de los que han perecido defendiendo los derechos del hombre. Se puede afirmar entonces que en Masonería todo es símbolo y todo en Masonería encierra un sentido filosófico.

Hasta este punto se ha tratado de demostrar la articulación jurídica, epistemológica y metodológica del R:. E:. A:. A:.

Ahora bien: Las propias Liturgias del Simbolismo y del Escocismo reconocen la unidad del Rito. Según la Liturgia para el Grado de Aprendiz Masón, los trabajos se abren “…en el Prim:. Gr:. Simb:. del R:. E:. A:. A:.” (p. 9). Lo mismo sucede en el segundo y tercer Grado, según la Liturgia del Grado de Compañero (p. 10) y la Liturgia del Grado de Maestro (p. 15).

En la Liturgia del Grado 30 el Presidente de la Cámara dice al recipiendario: “El grado que voy a conferirte es el trigésimo y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Los restantes son gubernativos”(p. 21).

En la Liturgia de Aprendiz Masón, al consagrar al candidato dice el Ven:. Maest:. :”…os declaro y constituyo Apr:. Mas:. del R:. E:. A:. A:. y os consagro en este primer Gr de la Mas:. Simb:., por los… golpes MMist:. De los H:. D:. L:. V:.” (p. 40).


CONCLUSIÓN


Los grados del R:. E:. A:. A:. son eslabones de una misma cadena. La diferencia entre simbolismo y filosofismo es de tipo administrativo. Pero entre ambos dominios no hay diferencia sustancial (epistemológica o metodológica).


El Sup:. Consejo delega en el Gran Maestro de una Gran Logia, la administración de los tres primeros grados. En otras palabras,: otorga a la Gran Logia la regencia de los tres primeros grados del simbolismo. En cambio los grados del 4° al 33° del filosofismo están regidos por el Sup:. Cons:.. Ambos, el simbolismo y el filosofismo, trabajan en la misma dirección, profundizando en los símbolos, conocimientos y género de vida del proceso iniciático, que busca convertir al hombre en una obra maestra de la humanidad.

(Este artículo fue publicado en: Revista Escocismo 1833. Barranquilla, marzo de 2012).
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[1] Umbert Santos, Luis. El catecismo Masón. Editorial Pax México. México 13, D. F., 1989. p. 9.

[2] Baena, Francisco E., P:. G:. M:., Maanning, Isaac y Baker, H. W., fundadores de la Muy Respetable Gran Logia Nacional de Colombia, 1918.
[3] Véase: Daza, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. Akal Ediciones. Madrid, 1997. pp. 323 y ss.
[4] Liturgia para el Grado de Aprendiz Masón. p. 7.
[5] Loc. Cit.
[6] Daza, Juan Carlos, en su Diccionario de la Francmasonería, dice: “Cámara. Generalmente recibe este nombre toda reunión de una Logia en un grado concreto, simbólico, filosófico o de carácter administrativo, recibiendo la reunión el nombre de Cámara de…(según el trabajo): Cámara de aprendiz, cámara de instrucción, cámara de hacienda, cámara de consejo y apelación, etc.” Op. Cit. p. 71.
[7] Daza, Juan Carlos. Op. Cit. 324.
[8] Grandes Constituciones de 1786. En: Estatutos Generales del Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia. R:. E:. A:. A:. (Fundado en 1833). p. 74. Este documento es reconocido y proclamado por el Supremo Consejo, según el Art. 2 de estos Estatutos, como base inconmovible y reguladora del Rito. P. 19.
[9] Estatutos Generales del Supremo Consejo... Op. Cit. p. 74.
[10] Ibid. p.p. 74 y 75.
[11] Ibid. p. 75.
[12] Loc. Cit.
[13]Ibíd. p. 67.
[14] Constitución Masónica de la Gran Logia del Norte de Colombia. p. 25.
[15] Daza, Juan Carlos. Op. Cit. p. 209.
[16] Lavagnini, Aldo. Manual del Maestro Elegido. p. 16.
[17] Daza, Juan Carlos. Op. Cit.
[18] Guenón, R. Citado por Daza, Juan Carlos. Op. Cit. p. 170.
[19] Liturgia del IV Grado. pp. 16 y 17.
[20] Liturgia del Grado XVIII. p. 6.
[21] Liturgia del Grado XVIII. p. 48.
[22] Loc. Cit.
[23] Ibíd. p. 49.