martes, 11 de agosto de 2009

MURIÓ DISTINGUIDA COLUMNA DE LA MASONERÍA Y LA JURISPRUDENCIA

SEGUNDO SANTIAGO CONSUEGRA Gr:. 31

POR JOSÉ MORALES MANCHEGO Gr:. 32


Ha muerto un pilar del derecho, de la probidad y de la reciedumbre moral. La Respetable y Benemérita Logia Barranquilla N° 1-8-1 y la Muy Respetable Gran Logia del Norte de Colombia, con sede en Barranquilla, han perdido a una de sus cimentadas columnas. Se trata del Querido Hermano Segundo Santiago Consuegra.

El doctor Segundo Santiago Consuegra, hombre libre y de buenas costumbres, nació en Tubará, departamento del Atlántico, el 26 de febrero de 1948. Realizó estudios primarios en el Colegio San José de Barranquilla. Pasó por las aulas de la Normal Superior del Litoral Atlántico y del Colegio de Bachillerato Simón Bolívar. El deseo de superación de este mozalbete de provincia, lo llevó a ser Normalista y Bachiller. Más tarde se graduó en Derecho y Ciencias Sociales, título que le otorgó la Universidad Libre de Colombia el 9 de abril de 1976. En esa misma Universidad, el 18 de julio de 2003, recibió el título de especialista en Derecho Laboral y Seguridad Social. El entusiasmo por el estudio, y esa búsqueda incesante de horizontes y perspectivas, lo llevaron a realizar seminarios a nivel de postgrado en Derecho Comercial (1979) y en Derecho de Familia (1990) en la Universidad Externado de Colombia, entidad de raigambre radical, dedicada a formar seres humanos para la democracia y la libertad. Además, recibió formación en los Fundamentos de la Docencia Universitaria y en Desarrollo Pedagógico y Humanístico de la Educación Superior. El Doctor Segundo Santiago se guió por la sentencia de José Ingenieros, quien decía “que no hay perfección sin esfuerzo”[1]. Por esa razón se caracterizó siempre como un estudioso del derecho y un buscador insomne de la justicia social, con el fin de encontrarle salida a las agonías y sufrimientos del hombre contemporáneo. Ese es el sentido de su libro titulado Seguridad Social en Colombia[2], donde hay un trasegar y una búsqueda, desde las primeras edades del género humano, hasta llegar a los planteamientos jurídicos de la seguridad social, vigentes en el momento histórico en que vivimos. Es de anotar, que además del libro ya citado, el doctor Segundo Santiago publicó artículos en revistas y periódicos regionales y nacionales, como El Misionero, la Plancha Masónica, El Heraldo y el Diario la Libertad.

Este Señor abogado, profesor universitario y conferencista, se desempeñó como catedrático de la Escuela Superior de Administración Pública –ESAP- y de la Universidad Libre, donde trabajó como docente durante más de 30 años. Allí realizó una invaluable labor en pro de la formación integral de las nuevas generaciones.

El doctor Segundo Santiago fue un miembro activo de la Sociedad Hermanos de la Caridad y de la Muy Respetable Gran Logia del Norte de Colombia, instituciones en las cuales tuve el inmenso honor de conocerlo, de compartir su amistad, y admirar sus virtudes y sus profundos conocimientos. En la Gran Logia del Norte de Colombia lo tuve muy cerca, fungiendo como Gran Secretario del poder Ejecutivo, hasta el día de su muerte. Durante ese tiempo, y en su lecho de enfermo, pude calibrar en mejor forma sus calidades humanas e intelectuales, y lo que es más digno de admirar: su temple de Masón. El doctor Segundo Santiago, en medio de los malestares de su erosionada salud, jamás perdió su buen sentido del humor, faceta en la cual fue ingenioso y ocurrente; con resolución estoica resistió los rigores de la cruel enfermedad, y, finalmente, como un caballero de honor, recibió la muerte con una tranquilidad socrática, propia de un hombre que supo pulir la piedra bruta, para dejar una estela luminosa en su tránsito por este mundo. He ahí la estatura del hombre; porque la estatura de un hombre se mide por sus rectas intenciones, por sus logros intelectuales, y se decora con las batallas que libra, con entereza moral, contra una realidad adversa.

Como buen caballero, el doctor Segundo Santiago Consuegra, fue indulgente con el ofensor, y jamás olvidó que la Masonería, mediante una ética de la comprensión, nos enseña a perdonar al que nos ofende. Así mismo nos dice la Orden: “Cuando el peso de tu cruz abata tu vigor corporal, imita a nuestro Gran Maestro Jesús, y la fortaleza de tu alma te dará nuevo aliento, campearás y destruirás el calvario en que tantos mártires han sucumbido, y postrarás a tus pies a los hipócritas y ambiciosos”[3].

Segundo Santiago Consuegra: el doctor en leyes, el profesor universitario, el esposo y amantísimo padre, el Querido Hermano en los principios de la Gran Obra, el amigo entrañable, murió el 18 de abril en Barranquilla, ciudad a la que le entregó el fruto de sus mejores esfuerzos. El departamento del Atlántico ha perdido a uno de sus talentosos hijos. Se ha marchado para el Oriente Eterno, el consagrado profesor y jurista de nuestra patria, que hasta el último día de su vida trabajó con entusiasmo en las actividades que colmaron su espíritu: la docencia y la investigación. Esta última actividad, ejercida con rigor en el campo del Derecho y de las Ciencias Sociales en general.

A su dignísima esposa, la doctora Teresa de Santiago y a sus encantadoras hijas, Tatiana y María Mónica, nuestras más sentidas condolencias.

Paz en la tumba del doctor Segundo Santiago, y que siga brillando, con su ejemplo, desde el claro y anchuroso Valle de la Eternidad.


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[1] Ingenieros, José. El hombre Mediocre. Ediciones Universales. Bogotá, marzo de 1987. P. 91.
[2] Santiago Consuegra. Segundo. Seguridad Social en Colombia. Sistema Pensional. Apuntes Didácticos. Ediciones Universidad Libre, seccional Barranquilla, Facultad de Derecho. Barranquilla s.f. 184 pp.
[3]Supremo Consejo del Grado 33° para Colombia (Fundado en 1833). Liturgia del Grado XXX. R:. E:. A:. A:. Barranquilla, 2006. P.24.

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