jueves, 26 de abril de 2018

... y de la nada ¡Todo fue!




Prólogo

El 21 de noviembre de 1947, en el Hospital San Juan de Dios de Magangué, en medio del asombro de galenos y el murmullo de oraciones, el amor llenó el quirófano y en acto milagroso nació Socorro Santis de Ávila.  Su niñez y su juventud se llenaron con los momentos familiares de gran esplendor, donde se compartían narraciones, leyendas, cantos y  piadosas oraciones envueltas en volutas de incienso, que se elevaban al cielo en medio del calor de los cirios fulgurantes.   
Tales circunstancias abonaban el terreno para la existencia de una vida religiosa. En efecto, Socorro Santis de Ávila es una mujer de estricta religiosidad, ocupada en tallar ensueños y plantar acciones espirituales en medio de una sociedad enseñoreada en lo material, con su cortejo de ambiciones, de elementos alucinadores y de falsos ídolos.
Con el entusiasmo que la caracteriza ha grabado 19 canciones orquestadas, 13 de las cuales son de su autoría, presentadas algunas en escenarios nacionales e internacionales.
En el año 2013 publicó su libro titulado “Padre Nuestro Universal”, una obra que la puso en el  camino del templo donde oficiaron los grandes místicos como San Juan de la Cruz, Fray Luis de León y Santa Teresa de Jesús.
Hoy sale a la luz pública su segunda obra titulada: “…y de la nada, todo fue”, trabajo literario que se halla compenetrado del espíritu fulgurante de la Biblia, donde flamea la más alta manifestación de la poesía religiosa, con la cual Socorro tiene una identidad de esencia.
El título del libro ya de por si merece la atención por su contenido poético y sus implicaciones simbólicas:
“… y de la nada, todo fue”.
Es de anotar que los puntos suspensivos, antes de una frase,  indican algo existente más allá. Ese algo, en este caso, puede ser un principio creador; puede ser el universo suprafísico de seres intangibles,  o puede ser un espacio de discusión creado por la poetisa para visualizar la nada y darle sentido de tolerancia al encuentro de la Ciencia Física y los pensadores de todo tipo, que investigan sobre el “antes del Universo”, concebido ancestralmente como un vacío oscuro con ausencia de toda paríicula.
En el libro: “… y de la nada, todo fue”, los versículos del Génesis florecen en versos de expresión sonora sin tanto refinamiento:
De sempiternas tinieblas/ irrumpe/ la luz/ … y era la noche, /  y fue/
 el día/”.
Más adelante dice la poetisa sobre el acto creador de luminarias celestes: “El día…/ claridad de Sol/ pedía./ Y mañanero resplandece/ cual misionero de luz.//
 La noche,/ con farol de Luna llena/ y danzarinas estrellas,/ a las sombras desafió.”/
De esa manera la creación del mundo se vuelve una sinfonía, donde la melodía de los versos parece llegar en forma de pájaros, aves canoras, cigarras y corceles alados, en medio de lirios y jacintos florecidos, que hacen más deliciosa, sutil y tierna la voz de Eva cuando incita al marido a hincar sus dientes sobre “el fruto sabio”.  Es este un momento verdaderamente bucólico en un paisaje romántico de tentador encanto. Socorro representa ese momento en el poema “El Universo sonríe”, el cual va diciendo al son de la melodía:
 Él y ella/ en la maraña del Paraíso/ se observan./ Sus manos palpan,/ una y otra vez,/ sus cuerpos.// Dueños del tiempo/ degustan la placidez de la inocencia/ bajo el más grande árbol/ pero no deben jamás…/ probar su fruto: / Y  así lo hacen.// A su paso/ ronroneo de fieras,/ manantiales en reposo,/ juego de brisas y palmeras/ celebran su presencia”./    
Ahora bien: en la lógica religiosa de la Biblia surge el pecado y ha de nacer un mesías para redimir al mundo.  Entonces la poeta le canta al nacimiento, pasión y muerte de Jesús, el redentor de la humanidad en el ámbito de la cristiandad.
En sus vivencias místicas, Socorro envuelve en la poesía aquel momento milagroso en el cual la Divina Esencia estuvo presente en el parto de su progenitora, y por eso clama con imperativo acento: “A ti te dio la gana… ¡Señor!/ de que yo viviera./
Y vivió Socorro, y su alma presagiaba el connubio con la Divinidad. De ahí viene su declaración de amor, en el poema “Enamorada de ti”, donde plasma la esencia mística de sus composiciones, cuando dice: “En el regocijo/ de mi silencio/ desnudo mi ser./ ¡Soy tu enamorada… Señor!//
Perfumada/ de tu presencia/ la premura del Cosmos/ se detiene.//
Un glorioso sentir/ es/ felicidad pura/ fluye una oración:/  Gracias Dios mío./
He ahí una declaración de amor nupcial a lo divino, para representar la entrega espiritual de la novia, como elemento necesario en el ámbito de la poesía mística.
En fin, el libro  …y de la nada ¡todo fue! contiene la trama orquestal de la creación del mundo y su evolución. El esplendor poético de la obra comienza con el Génesis y se proyecta en el Nuevo Testamento para recrear un mundo plácido, donde se desconoce el vértigo de la violencia. Pero el libro también está invadido de sueños y recuerdos que muestran el periplo vital de Socorro Santis de Ávila, hasta el atardecer de su existencia. Tal es el poema titulado: “Como me duele estar vieja”, en el cual se representa un templo  físico otoñal, que ya casi no puede con su esencia espiritual, porque ese cuerpo de mujer alberga un espíritu cargado de energías, dispuesto a deleitar con sus canciones y sus poemas de floración primaveral.
José Morales Manchego
Director de la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg
Barranquilla, República de Colombia
 (Prólogo del libro ...y de la nada !todo fue! Santa Bárbara Editores. Barranquilla, 2018).



sábado, 30 de diciembre de 2017

Del exilio a la inmortalidad




La Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg, la Gran Logia del Norte de Colombia y la sesquicentenaria Sociedad Hermanos de la Caridad le franquean la entrada al XIII Gran Recital Arte in Memóriam, evento que se realiza cada año para conmemorar a un personaje de la región, que haya dejado en la Historia la huella perenne de sus intensidades.
El personaje escogido para este año es el fundador del Colegio Americano, Adam Erwin, un salvado de las aguas nacido en Irlanda, quien estuvo a punto de perecer en un naufragio, del cual fue el único sobreviviente de los tripulantes del barco.
De ahí en adelante, buscando ensueños de beatitud, abrazó el apostolado misionero y se dedicó a enseñar, muy lejos de su tierra natal.
Hablar de Erwin es hablar del exilio y por tanto del dolor que produce la separación y la ruptura de tipo existencial. Pero el dolor, cuando vibra con pulsación de gloria, puede sublimarse en la creatividad. Por eso Erwin pudo volar a las alturas del recuerdo, en alas de la libertad, hasta edificar su propia escuela y ofrecer la más bella de las oraciones para entrar en comunión con  los seres humanos en el altar de la tolerancia y la fraternidad.  La escuelita que fundó oficiaba en una modesta casa de paja donde el distinguido maestro enseñaba a los niños que no tenían acceso a los caudales del sistema educacional.
Erwin atendió la escuela hasta edad avanzada. En los postreros años de su existencia, agobiado por las enfermedades, entregó su proyecto educativo a la Iglesia Presbiteriana como probatura de su trascendental y elevado pensamiento.
Erwin murió el 13 de marzo de 1898, pero en su paso por la Tierra dejó una estela luminosa matizada por su espíritu de servicio y sus valores ciudadanos. El náufrago del siglo XIX pudo emerger a la vida en una especie de viaje iniciático, que lo condujo a su crecimiento espiritual y a la creación de esa gran obra: el Colegio Americano, que lo inmortalizó en la conciencia colectiva con la potencia de un sueño triunfal. 
Por eso, el recital que hoy inauguramos se titula: “Del exilio a la inmortalidad”. 
Esta vez nos convoca la música y la poesía, como elucubraciones del espíritu, que hacen furor en este lugar donde palpamos con nitidez la fragilidad de la vida y sentimos la necesidad de dejar una obra útil como recuerdo de nuestro paso por la Tierra.
Hoy, el resplandor de la palabra poética estará a cargo de: Sonia Solarte Orejuela, Nora Carbonell, Margarita Galindo, Carmen Cecilia Morales, Elvira Restrepo Perdomo, Miriam Castillo Mendoza, Astrid Pedraza De La Hoz, Socorro Santis de Ávila, Rosa Peñaranda Castillo, Diana Margarita Juliao Urrego, Nury Ruiz Bárcenas, Zuga Zucchini, Eduardo Rafael Berdugo Cuentas, Frank Pereira Hennessey, Edgardo Ponce Sandoval, Tito Mejía Sarmiento, Federico Santodomingo y Alberto Contreras Mercado.
Ellos con los acordes melodiosos de la palabra encantada nos demostrarán que  “El verso pone en el corazón de la muerte la flecha palpitante de la vida”, como dijera José María Vargas Vila en las vibrantes páginas de su Libre Estética[i].
Al frente de la partitura estará el “Cuarteto Contratiempo”, integrado por los maestros del arte sonoro: Arthur Díaz, Diana Mejía, Luvin Yanes y Jennifer Ramírez.
El arte de cantar, como forma elevada del lenguaje, se expandirá en la atmósfera con el galope de las brisas y la voz de la escritora Socorro Santis de Ávila, para cristalizar el vínculo de la música con la poesía, y sentir el linaje del bolero y los acordes sostenidos del verso.
Finalmente, al son de la agrupación musical “Killa Band”, dirigida por el maestro Antonio Ramos Pulido, viviremos momentos de intensidades sonoras en la propia dimensión del misterio.
Bienvenidos a este camposanto de la libertad, orlado de lirios y acacias, que resaltan la majestuosidad  del mármol y de las tumbas. En este ámbito sacrosanto de paz, tolerancia y libertad, las galantes escenas del arte y las bellas letras nos recuerdan que la salvación del hombre está en la cultura. Es decir, en la creatividad.
Por tanto, en su paso por la Tierra el ser humano debe ser útil y dejar una obra que lo inmortalice en la conciencia colectiva de la humanidad. Eso fue lo que hizo Adam Erwin, quien llegó a Barranquilla desde lejanas tierras, creó las bases materiales y filosóficas de una institución educativa, y de manera fulgurante voló “del exilio a la inmortalidad”.
José Morales Manchego

(Editorial del Poemario No. 12: Gran Recital Arte in Memoriam. Barranquilla, 22 de diciembre de 2017)



[i] Vargas Vila, J. M. Libre Estética. Editora Beta, Medellín, Colombia, 1974. P. 112.

martes, 17 de octubre de 2017

Prólogo



Contemplar  un  arrebol a orillas del Danubio, en compañía del ser amado, es disfrutar en el mundo real los ensueños de la vida; pero sentir las alegrías y tristezas, las aflicciones y congojas de fantasmas y espectros que deambulan, impresionando las conciencias, es el verdadero connubio con la muerte.
He aquí la audaz aventura plasmada en un libro donde los difuntos expresan, desde el más allá, los placeres de la vida y las angustias de su desintegración física en el marco estrecho de un sarcófago.  Se trata de la obra titulada: Reflexiones de ultratumba, del escritor Ibaldo Fandiño, quien narra con la suficiente claridad de su prosa, los aconteceres en los predios de “la muerte, la más aterradora de las enfermedades”, como dijera Epicuro, el filósofo griego del hedonismo racional.
El libro se desarrolla en dos planos entrelazados: uno filosófico y el otro investigativo o de pesquisas, con tinte policial, que intenta resolver el enigma de un manuscrito depositado en la tumba de Ernst Wagen, y extraviado el día de su exhumación,  cuya búsqueda recorre toda la novela para darle una especial fisonomía a la estética literaria.  Es de anotar que este episodio de carácter simbólico culmina en la dimensión más alta de la investigación, alimentada por la voluntad y la constancia hasta alcanzar  el acercamiento progresivo a la verdad y llegar luego a la divulgación del patrimonio interior como magia del conocimiento que se cristaliza en el esfuerzo editorial.
 La idealización artística de la obra recrea pasiones eróticas de extraños esplendores.  Las tensiones de ultratumba se conjugan con lo insólito del sexo. Todos sabemos que las escenas sexuales son tópicos  comunes entre los vivos, pero no es un juego natural entre los muertos, como sucede en el mundo fantástico plasmado en esta obra, donde la sensualidad, el éxtasis y los imperiales mandatos del instinto forman parte de las emociones de ultratumba, como emanaciones de la conciencia, alimentada por un concepto de la vida.
En el plano filosófico, la novela es un oleaje que se mueve entre los delirios de la fantasía y los vaivenes poéticos del pensamiento de Nietzsche,  que marcan el derrotero cultural de la obra para buscar profundidades en el misterio de la muerte.
Soltar las impetuosidades reflexivas sobre la fugacidad de nuestro paso por la tierra es un imperativo de este libro, que nos pone a oscilar en un mundo mágico pendular entre la fantasía y la realidad, con un trasfondo  formativo, lleno de enseñanzas esparcidas en medio de una sociedad plagada de violencia, combates improcedentes e irracionales, muertes producidas en el fragor de la batalla, ejecuciones, llanto y sangre derramada que moja los surcos e inunda el cuerpo de víctimas inocentes de una guerra fratricida.
El mismo texto de Ibaldo Fandiño nos pone en el umbral de la reflexión cuando asevera, desde sus primeras páginas: “La muerte no es como la imaginaba, creía que era una forma de conocer los secretos de la historia, un modo de recorrer el mundo desde sus inicios, un espíritu vagando por el sendero de la tradición. Ahora me doy cuenta que únicamente somos la crónica que dejamos en nuestro paso por la vida”.
Finalmente, dejo las Reflexiones de ultratumba en las manos del público lector al que Ibaldo Fandiño  dedicó sus desvelos, para que disfrute las disquisiciones filosóficas, las historias bien contadas y el vibrar de la poesía, en aras de rescatar el texto como placer.

José Morales Manchego
(Prólogo a la primera edición del libro de Ibaldo Fandiño: Reflexiones de ultratumba: SantaBárbara Editores. Barranquilla, 2017).

domingo, 15 de octubre de 2017

Encuentros Maríamulata




José Morales Manchego

El placer,  el sentido  lúdico y los contenidos del arte y la literatura son para compartirlos. Transmitir la cultura y difundirla es deber de todo artista, escritor o intelectual.  Estos imperativos de difusión cobran más fuerza y vigor, en medio de una sociedad donde los oprobios escarnecen los derechos humanos y se hostiga para menguar el quehacer perenne de la cultura.  En ese contexto se habla de la crisis del humanismo y se dice que la cultura es la cenicienta de la llamada era posindustrial, que está sustituyendo la persona humana por los instrumentos técnicos, y está abriendo el camino a hechos brutales como el terrorismo y la corrupción.
¡Qué lejos estamos de aquella época en que el arte y el humanismo eran bien considerados por el poder económico y el poder político! En este punto es oportuno recordar aquel momento histórico, cuando Carlos V, el hombre más poderoso del mundo, se agachó a recoger el pincel de Ticiano, uno de los genios más versátiles de la Italia renacentista. Ese hecho es una representación simbólica del esplendor del arte y del aprecio que por él sintieron los mecenas.
Hoy, las dificultades económicas son enormes para realizar una obra de creación estética o para editar un libro. Es más, se desprecia a los que hacen del pensar, su manera de ser.
En estas circunstancias,  los gestores de los grandes ideales deben resistir ante el poder egoísta y destructivo que maniobra para dirigir nuestro destino. No olvidemos que  la parte noble y alada del espíritu humano jamás podrá sucumbir ante la ambición de las “mediocracias” y su torpeza.
Por eso, para la Biblioteca pública Julio Hoenigsberg – Sociedad Hermanos de la Caridad es satisfactorio que el Salón Tertulia la Oca sea uno de los escenarios donde se muestre la galería de escritores que han confiado sus publicaciones a Editorial Santa Bárbara, entidad regentada por Alfonso Ávila, con la voluntad solidaria de Federico Santodomingo, Eduardo Berdugo y el Colectivo Maria Mulata, que constituyen un imparable motor de la cultura, no sólo en Barranquilla, sino que acciona en distintos parajes del Caribe Colombiano.
Con ese entusiasmo, el sábado 27 de mayo de 2017 se iniciaron en La Oca los Encuentros María Mulata.  Fue un día memorable, de confluencias líricas. Ese día se presentaron: Nury Ruiz Bárcenas, Hugo León Donado y Tayde Celis, con la participación especial de Carmen Cecilia Morales González, quien presentó su libro de cuentos titulado: Cuando la luna entra por el cordón umbilical, obra que nos da a entender que esta mestiza oriunda de Chinú, Córdoba, “Durante toda su vida… ha estado amarrando palabras en el papel, persiguiendo lunas e inventando poemas”, como lo dice en uno de sus cuentos, que hace alusión a su propio nacimiento envuelto en mundo de fantasías.
El 24 de junio  estuvieron con nosotros los poetas: Getulio Vargas, Zoila Pérez Suescun, Martha Navarro Benthan y  Miguel Iriarte, con la participación especial de Juan Carlos Céspedes  y la presentación de su libro: “Contra toda evidencia el cuento”.
El 29 de julio: Mirian Castillo, Frank Pereira y Adriana Acosta le dieron esplendor al Salón Tertulia la Oca con un memorable encuentro María Mulata, en el que se presentó el libro de Felix Manzur Jattin, titulado: “Terrorismo, guerra, paz y posconflicto. 
El 26 de agosto la fraternal alianza de Editorial Santa Bárbara, Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg y Anónima Magia, tuvo el gusto de presentar el libro: “Los impostores del Paraíso”, del escritor Luis Felipe Vásquez Aldana, quien dialogó con Alfonso Ávila sobre lo sacro y lo profano que se desprende de esta maravillosa obra.  Así mismo el público asistente disfrutó la ensoñación lírica de  Diana Margarita Juliao y Paola Eljalk, amantes de la poesía, que  llegaron a expresar pensamientos  y emociones personales mediante el verso rítmico, estético y emotivo, para levantar al cielo la maravilla de sus plegarias.
Finalmente están todos invitados el último sábado de cada mes, a las 5:00 de la tarde, a los Encuentros María Mulata que se realizan en la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg, donde siempre hay un “Micrófono abierto” para que los escritores, sin distingos de ninguna índole, muestren las maravillas de sus criaturas intelectuales bajo el resplandor fraterno de la sesquicentenaria Sociedad  Hermanos de la Caridad.

José Morales Manchego
 (Publicado en la revista Maríamulata. Edición 13. Barranquilla, septiembre/octubre 2017).




jueves, 12 de noviembre de 2015

La ciencia y el humanismo en aras de la libertad






El Gran Recital Arte in Memoriam es un certamen artístico que se realiza todos los años en el mes de noviembre, con el fin de rendir homenaje póstumo a un personaje que se haya destacado en la región. Cada recital ostenta un nombre que sintetiza la esencia del personaje que nos convoca para las acciones culturales en este camposanto de la libertad.   Así por ejemplo, el homenaje al pintor Alejandro Obregón se llamó “El color del trópico”; el del músico Pedro Biava se llamó:  “Biava, entre la sinfonía y los acordes rítmicos del verso”; el de Celia Cruz se llamó: “La vida es un carnaval; y para no ser tan prolijo en esta cascada de información, bástame con decir que el Gran Recital Arte in memoriam, día de los difuntos, en homenaje al filósofo Julio Enrique Blanco, estudioso y seguidor de Emanuel Kant, se llamó: “La filosofía bajo el cielo estrellado de Barranquilla”, título que aflora parafraseando al genio especulativo del siglo XIX, cuando aseveraba: “Sobre mí el cielo estrellado, dentro de mí la ley moral”.
Pues bien, el Gran Recital que este año nos concita lleva por título: “La Ciencia y el Humanismo en Aras de la Libertad”, y es un homenaje póstumo al Querido Hermano en los principios de la Orden, José “Pepe” Stevenson Collante, Ingeniero Químico y hombre de ciencia, dedicado al estudio y comprensión del hombre y de la sociedad humana, temas en los cuales desplegó su poderosa dialéctica y su devoción por el pensamiento y la palabra.   
El Querido Hermano  “Pepe” Stevenson sintió intensamente la pasión científica y el sentido humanista de la vida. Se puede decir que construyó su templo espiritual sobre dos columnas fundamentales: la ciencia y la virtud. En su periplo por la Tierra, no tuvo un instante de reposo en pro del desarrollo de esas dos categorías. En ese terreno,  amaba la lucha y por eso le gustaba enfrentar las dificultades para darse el gusto de vencerlas. Hombre inteligente, recto, valeroso y prudente, predicador incansable de la paz en medio de los sacrificios sangrientos, que han desgarrado a nuestra patria. Fue el escudero de su propia lucha, en la cual jamás estuvo dispuesto a la entrega ni a la genuflexión. Como verdadero iniciado, no tranzaba en lo moral, ni se mezclaba en componendas, ni servía para la complicidad ni el encubrimiento. Su voz tronó como timonel de Universidades, tronó en la cátedra libre y democrática, tronó en la Logia, donde enarboló los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que se encuentran plasmados en la enseñanza auténtica, fresca y sin manchas del propio Jesús, el dulce maestro de cuya doctrina jamás dudó,  y tronó también aquí en el Cementerio Universal, que es el camposanto de la tolerancia y la libertad.
Hoy, para rendir tributo de admiración, de reconocimiento y de gratitud a la memoria de esa vida ejemplar, vamos a tener una singular dinámica entre el verbo, la música y la historia, a cargo de Leonardo Aldana, quien contará historias cantando, para evocar las sobrevivencias de la cosmovisión campesina en los territorios del Caribe.  Los poetas, con su palabra refinada, vendrán a traerle flores de sus jardines líricos al singular “Pepe”. Son ellos:  José Luis Garcés González, Alberto Contreras, Rosa Peñaranda Castillo, Frank Pereira Hennessey, Alma Fernández, Orlando Logreira, Laura Ballestas Gil, Elvira Restrepo Perdomo, Edgardo Ponce Sandoval, Sundiata Ketia, Hernando Santos Rodríguez, Libardo Chaves Rocha y Billie Jean Madera García. Con ellos, el amor, el erotismo, la nostalgia, el sentido de la vida, el canto a la naturaleza y la palabra conminatoria contra la injusticia y la discriminación, se presentarán sin precedentes en la estética del verso, para eliminar en el alma los intersticios y las fisuras  de una realidad que nos conturba.
Salud, Fuerza y Unión.
Reciban un abrazo fraternal y muchas gracias.

José Morales Manchego

(Editorial de: Gran Recital "Arte in Memóriam Día de los Difuntos". No. 12. Poemario No. 11. Barranquilla, Colombia, 7 de noviembre de 2015. pp. 3 y 4.