EDITORIAL
Hemos llegado al No. 8 del
Poemario, una publicación de la
Sociedad Hermanos de la Caridad, donde se recoge la producción poética que
aflora en el Gran Recital Arte in Memoriam, “Día de los Difuntos”, certamen
anual que se realiza para rendir homenaje póstumo a un personaje destacado de
nuestra región, con las elucubraciones del arte y la literatura.
El personaje escogido para
este año es el pintor Alejandro Obregón, genio de inmensas capacidades artísticas,
que traduce de manera contundente el calor y la luminosidad del Caribe.
Su pincel estampa en las telas no sólo su amor por la
naturaleza, sino sus vivencias, su temple ideológico y sus destellos por la
libertad. Al analizar sus obras se palpan sus dolores íntimos y sus íntimas
esperanzas. En uno de los momentos históricos difíciles de nuestra patria, cuando
el autoritarismo y la violencia se ensañaban sobre Colombia, Obregón lanzaba
latigazos a color sobre el lienzo y las paredes de espléndidos murales,
produciendo obras desafiantes de denuncia y de altísimo vigor estético. Tal es
el caso de su obra “Masacre del 10 de abril”, que contiene una valerosa crítica
política y social. En la misma línea está la obra “El estudiante muerto” (1957)
y “Luto por un estudiante”.
Hoy estamos aquí para rendirle homenaje a este ilustre
hijo del universo. Y me atrevo a
decir que ningún lugar del mundo es más apropiado para hacerle un homenaje a
Obregón, que el Cementerio Universal. Primero, porque estamos al frente de su
tumba, un hermoso mausoleo de esa familia que tanto lustre le ha dado a la
República de Colombia. Segundo, porque este camposanto guarda un acervo
histórico y una belleza arquitectónica, que le sirve de entorno próximo al
genial artista, que partió glorioso para el valle de la eternidad. Todos
sabemos que el Cementerio Universal es el panteón de mayor trascendencia
histórica de la ciudad y de una belleza artística sin igual, donde,
paradójicamente “cobra vida la imponente serenidad de la muerte”, según
palabras del historiador Alfredo de la Espriella.
Este Gran recital está
engalanado con distinguidas personalidades de la poesía como Margarita Galindo,
Nora Carbonell, José Manzur, Betty Brunal, Pedro Mata y Dina Luz Pardo,
seguidos por aquellos que están levantando vuelo como Alberto Cervantes, Wilmar
González, Tito Mejía, Orlando Logreira y
Rosa peñaranda, quienes abren sus alas y buscan horizontes de diáfanas
claridades para posarse en las cumbres de la creatividad.
Este poemario que está en
tus manos, recoge, además, un opúsculo de Evaristo Bejarano, titulado El color del trópico, nombre que le hemos dado a esta versión del
Gran Recital “Arte in Memoriam día de los Difuntos”, que pone a todos los amantes del arte y las
bellas letras, a transitar por el ámbito del afecto, prendidos de la vida para
buscar la victoria final frente a la muerte.
José Morales Manchego
Poemario No. 8. IX Gran recital "Arte in Memóriam Día de los Difuntos". Barranquilla, 9 de noviembre de 2012.