viernes, 10 de julio de 2015

In memóriam



Rafael Gómez Marrero 33°

El 18 de mayo de 2015 se desvaneció el crepúsculo de una importante luz de la Masonería. Su nombre: Rafael Gómez Marrero, quien nació el 11 de marzo de 1920 en la ciudad de Barranquilla. Fueron 95 años de existencia, en los cuales el Hermano dio muchos ejemplos de virtudes. Hombre bueno, amable, enamoradizo y alegre. Podría decirse que era un corazón en eterna fiesta. Con él festejamos varias veces, al lado de su familia, los bellos momentos de la vida. Contrajo matrimonio con doña Ruth Armella de Gómez, distinguida dama con la cual tuvo dos hijos: Javier Gómez Armella, miembro activo de la Respetable y benemérita Logia Barranquilla, y Jairo, residente en Estados Unidos.
Rafael Gómez Marrero, miembro de la Respetable y Benemérita Logia Barranquilla 1-8-1 escaló los 33 grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que dirige el Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia. En su juventud estudió contaduría pública, carrera que desempeñó a lo largo de su existencia. Dirigió la Tipografía Comercio, empresa de su propiedad. Trabajó con tesón a lo largo de su vida, y jamás dejó de estudiar.  Es importante resaltar que a los 80 años de edad entró a estudiar psicología en Estados Unidos de Norteamérica. El Hermano Rafael Gómez Marrero, como [1]buen masón, sabía que la inmortalidad se puede alcanzar perfeccionando la inteligencia y practicando la virtud. De ahí que el Hermano Rafael se metió en el corazón, el mandato de la Orden que nos hace ver “la necesidad de emplear bien el tiempo de que disponemos, haciendo obras de verdad y de virtud que nos eternicen en el recuerdo de las generaciones”(Liturgia del Gr:. 3°). Él sabía que la inmortalidad para nosotros es “La apoteosis del espíritu en la conciencia de la humanidad y la supervivencia del alma, a pesar de las transformaciones de la materia”(Ibid). 

José Morales Manchego

 





 Publicado en la Revista Escocismo 1833. Año 4 No. 4. Barranquilla, junio de 2015