domingo, 1 de febrero de 2009

EDITORIAL PLANCHA MASÓNICA. Año 8 No. 36. Barranquilla, diciembre de 2008



«LO QUE TU HACES TE HACE»[1]

La Masonería es una noble institución de carácter iniciático, donde no caben las vías de hecho con el ánimo de trastornar el orden legalmente establecido. Ese mismo orden jurídico que como Masones juramos cumplir y respetar.

El verdadero Masón ha de saber que el respeto a la autoridad, a la jerarquía y a la normatividad vigente es un deber de todo hombre de honor. Así mismo debe tener claro, que la única forma de producir cambios profundos y durables en cualquier sociedad es transformando la mentalidad colectiva en ese medio social.

Por esa razón la Masonería no tiene un aparato represivo, como lo tienen las instituciones políticas de la sociedad profana. La Masonería es un poder moral, que está organizado a la manera de un Estado democrático, con su poder ejecutivo, su poder legislativo y su poder judicial. Pero en ese armónico Estado no hay ejército, ni Guardia Suiza, ni nada por el estilo. En consecuencia, la apelación a las vías de hecho para buscar la aceptación de una determinada idea es una actitud profana, grosera y arrogante, que pretende empañar nuestro carácter deliberante, constituyéndose en una forma de trivializar los principios e ideales de nuestra Augusta Institución.

Lo anterior hace referencia a los acontecimientos recientemente protagonizados por algunos hermanos que se fueron de la Muy Respetable Gran Logia del Norte de Colombia, a los cuales es necesario aclarar que en el mundo Masónico hay logias masculinas, logias femeninas y logias mixtas y cada una tiene derecho a proteger su especificidad, tal como está plasmado en el “Llamamiento de Estrasburgo”, documento que se encuentra adjunto a la Constitución y Estatutos Generales de la Gran Logia del Norte de Colombia, formando parte del bloque de constitucionalidad Masónica.

En ese sentido es importante recalcar que todas las Logias de este Gran Oriente son Logias masculinas, jurisdiccionadas a la Muy Respetable Gran Logia del Norte de Colombia, que también es masculina y que reconoce y trabaja bajo los auspicios del Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que ostenta la cualidad de masculino.

De la misma manera quiero recordar que todos los Masones de esta Potencia Masónica, juramos obedecer y cumplir fielmente la Constitución y los Estatutos de la Gran Logia; las decisiones de las autoridades Masónicas; el reglamento particular de la Logia a la cual pertenecemos, así como los acuerdos que ella dictare por la mayoría de sus miembros, aun cuando sean contrarios a nuestra opinión particular. En ese contexto, la Orden establece que el Masón debe ser “un cordero para obedecer la ley, y un león para defenderla”[2].

No olvidemos que el fin esencial de la Masonería es el perfeccionamiento integral de cada uno y de todos los Masones, quienes vivimos trabajando permanentemente en aras de lograr una edificación interna de nuestro propio ser, mediante el estudio, la investigación y la acción dialógica que posibilite nuestros fraternales encuentros. Principio normativo de esa ética es conservar la objetividad y la serenidad en todo momento, apartando los odios y buscando la solución racional de todos los problemas.

Finalmente quiero manifestar que en la Gran Logia del Norte de Colombia, toda idea es susceptible de ser analizada y discutida. Lo que significa que no estamos aferrados a concepciones dogmáticas, sino dialécticas. Pero indudablemente, esa discusión no puede caer en el plano personalista, ni llegar al lodazal de los insultos y calumnias, sino que debemos permanecer entre la escuadra y el compás, discutiendo fraternalmente en el terreno de las ideas bien razonadas y expresadas con un lenguaje digno y elegante, que nos diferencie radicalmente del lenguaje tremebundo, que constituye la vida cotidiana de cualquier suburbio.
Fraternalmente,

JOSÉ MORALES MANCHEGO
Gran Maestro
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[1] Divisa de las hermandades de constructores. Véase: Daza, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. Ediciones Akal. Madrid, 1997. P. 159.

[2] Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia (fundado en 1833). Liturgia del Grado 30. R:. E:. A:. A:. P. 11.